La velocidad media de una persona de entre 15 y 20 años es de 1 m/s así que a 5 minutos desde la última vez que te vi, me encontraba a 56 metros de mi casa y a 264 metros de ti. Lo sé porque volví y lo calculé. Si contamos con que escogí el camino más corto, a 5 minutos desde la última vez que te vi estaba al lado del parque en el que jugaba cuando era pequeño. Lo sé porque volví y lo comprobé. Ese día salí de casa a las 6:47 pm y tardé 3 horas y 27 segundos en dejarte así que a 5 minutos desde la última vez que te vi el cielo era azul como mi camiseta favorita y las farolas ya estarían encendidas. Lo sé porque volví. Me acuerdo que a 5 minutos desde la última vez que te vi mis manos estaban frías, mis pulmones sangraban y mi corazón se ahogó. Lo sé.
viernes, 23 de octubre de 2015
sábado, 3 de octubre de 2015
Las noches de lluvia no siempre acaban con un beso.
Sin más presentaciones, comenzaré este post hablando sobre los
aburridos pero necesarios, repetitivos pero pegadizos tópicos. Aquellos capaces
de guiar el rumbo de nuestros pensamientos. Los tan amados y conocidos tópicos.
Pero hoy no me detendré en cualquiera, sino que hablaré de los qué acaparan el
día a día actual. Como esas historias de amor en las que intentan reflejar
problemas de la vida real para cambiar la dinámica del "cuento de hadas",
esos mensajes subliminales en los medios que advierten que "si no haces
algo grande con tu vida no vives, solo sobrevives" y esos versos de gente
que ha sentido lo mismo que tú pero sabía que palabras utilizar. Sí amigos,
hablo de las tensas escenas en las que tu personaje favorito nunca hace caso
cuando pronuncias ese "no entres ahí..." que irrita al amante de las
clásicas películas de terror, de ese "la puerta abierta para que entren o
cerrada para enjaularme con ellos" antes de tumbarte en la cama a pasar la
noche mirando ese montón de ropa sucia el cual no sabes en qué momento se
levantará en forma de asesino para concluir su aterradora misión. Esa duda
"en las noticias solo cuentan malas historias" y esa respuesta
"son historias que hay que conocer” y sobre todo el tradicional
"llega un héroe (más o menos inesperado dependiendo de la originalidad) y
rescata al mundo de su trágico desenlace". Incluso para mi opinión
criticar tópicos es muy tópico ya.
Pero solo en ocasiones especiales, tu mente pide volver al cuento
de hadas. Me refiero a esos días en los que se cayó la tostada y manchó el
suelo de mermelada, esos días en los que el café abrasa tus labios y el día en
el que no podía faltar que acabarás empapado, manchado, humillado o incluso en
casos extremos despedido, hundido o embarazado. Es cuando leo todas las
realidades de ese poema cuando todo ese barullo de ideas sin conclusión inundan
mi mente, escrito por Raúl Vacas y titulado "Poema en Blanco":
La noche no se atreve a enumerar los besos,
Ni los ojos que
miran sin entender la lluvia.
Ya es tarde, y
todos lo sabemos,
Pero el silencio
No es excusa
para
Amarnos.
Quizá falte la
nieve.
Si lo leéis varias veces comprobareis que este es un poema que en
sus dos primeros versos refleja la realidad como dividiendo a la humanidad en
dos clases de personas, los que lo acaban felices y los que terminan sin ganas
de repetirlo. Aunque este mensaje está escrito por una persona del segundo
grupo. Describe el momento en el que piensas, podría haber sido mejor. Esos tres versos
en la segunda estrofa que con simples palabras cuentan una historia de amor con
final inesperado. Y ese último suspiro contra el papel que anuncia
"Quizá falte que esto sea una historia de amor".
Santiago García
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