domingo, 29 de mayo de 2016

Mi no-despedida al lápiz y al papel.

Supongo que tuvo que ser así
(al menos no ha muerto nadie)
que tenia que durar para siempre
para que durase.

Pero
seguiré buscando tus besos en otros labios
y seguiré escribiéndote
con otro nombre de destinatario.
Y acabaré como empecé,
con una despedida formal
y un nos veremos, hasta luego.
Que ya sabes que,
es hablar contigo
y tener los bolsillos
llenos de finales felices.

Cuando quieras/puedas
ven a por ellos.

Santiago García

miércoles, 25 de mayo de 2016

Estos últimos 4 años. (Con censura)


ADVERTENCIA
Esto no es un poema




Los 5 minutos de descanso entre clase y clase.
Quedar en el centro.
Las risas en clase, las lágrimas en la cama.
Su pelo rubio,
Su lengua en mi boca.
Zapatillas nuevas.
Ver una peli en casa de Mraco.
Pedir pizza.
Vivir aventuras con Patricia.
Cenar en el mcdonalds,
Finde si, finde también.
Vodka azul con sandia.
El olor a tabaco de su casa.
Calor en el pecho.
Su cintura bonita.
Leer a Quim Monzó en clase de biología.
Ese adiós que nunca pronuncié.
Querer y no poder.
lip syncs' en su cuarto.
(Salir del Armario)
Eliothismo y otros delirios.
Navegar sin rumbo.
Ir hasta su casa y que me deje quedarme.
Saltar la valla.
Robar memorias.
Fotografías del arrebol.
Los tres deseos de siempre.
Cansancio de rodillas y de mente.
Desigualdad.
Oídos taponados y palabras sordas.
La coreografía de cuando éramos “too young to fall”.
La cuchilla de afeitar y sus tentaciones.
Amigos reales y leales.
De febrero a junio donde los días son cada vez mas claros.
El invierno se acerca.
Amor floral congelado.
Leche sin chocolate.
Calor de familia.
Distracciones.
Amar cuando no te lo pidieron.
El recuerdo de tu primer “rollo de verano”.
El aparato y las heridas en la boca.
Labios mojados.
Manos frías.
Su apoyo.
Mis pilares de vida.
El sol entre las nubes.
Ya sabes, lo que dijo el cielo.
Luna de mi vida, escritora de tragedias.
Corazón de papel, manos de tinta.
Suicidas en el puente de Hierro.
Mi película favorita.
Vomitar después del entreno.
Las flores de al lado de casa.
Los pinos talados de mi infancia.
Esperanza.
Pillar el circular 1 para verte.
El 32 para volver del cine.
Romperme las gafas.
La Roux - Bulletproof
Pisadas en el barro.
Correr a las 6 de la mañana en la playa.
Llegar tarde.
40 minutos de bronca con mis padres.
Esperar.
Esperarte.
Dolor de cabeza.
Miedo, estrés y c̶u̶l̶p̶a̶  responsabilidad.
Autoestima de tela de araña.
Barcelona mi ruina.
Carámbanos de hueso,
Para enjaular mi lengua.
Mentiras urbanas.
Espejos rotos.
Grafitis sin terminar.
Media aritmética asfixiante.
Subir las escaleras y que se abra el ascensor.
Silencio mirándote a los ojos y verte cuando los cierro.
Gente estúpida.
Estar solo en el autobús.
Rebeldía innata.
Aguantar como un acantilado.
Amores con obsolescencia programada.
No ser virgen de mente.
Dientes torcidos.
Little schlampe.

Profundo 808 sub-graves de fondo.
Aprender alemán.
Noches de hogueras.
Perderme.
Suciedad en las uñas.
Insuficiencia.
Sevillanos en bañador.
Ser infiel.
Tus dudas.
Entelequia.
Obstrucción mental.
Triángulo isósceles.
Marcador rosa pastel.
Olor a jazmín.
Sudor en la frente.
Sabor a vainilla.
El paraíso en tus piernas.
Adultos incomprendidos.
Entremeses para el alma y descansos para los pies -solo-.
Rozarse contigo.
Amigos sin causa.
Estrechar la mano con desconocidos.
Estruendos eternos.
Viajes en coche.
Cantar a Katy Perry en trío.
Ron con miel y que me zorrees un rato.
Sueños en globo.
Escupir su saliva.
Hacerte reír.
Aprender algo que ya sabes.
Hablar sin rodeos.
Caricaturas.
Fresas sin azúcar.
Ser demasiado demonio para tu cielo.
En plan, sin más.
Escrivivir sin lápiz.
“Carlos, bésame, te dejo.” en mi mente.
14 veranos perdidos.
Torrijas que se caen al suelo

Escuchar sin pensar.
Besar sin ganas.
Tristeza sin tragedia.




Santiago García

Let it all out now.

Voy a aprovechar este momento de tranquilidad y este espacio en el que me puedo expresar libremente, para desatarme las correaras y suprimir la censura. Dejar atrás los velos de seda y las metáforas poéticas para escribirte y que me leas porque si no estás muy ocupado, me gustaría decirte que…
…me encantas chico.
Y como me lo he guardado para mí mismo, no sé qué pensaras, ni si yo te gustare la suficiente o si te gusto o  no. Si eres sincero o si alguna vez se me ha notado y ya lo veías venir… Tampoco sé si estarás subido al coche de otro o si estarás a medio camino o atropellado y no sabes dónde ir. No sé si esteras perdido. No sé qué opinaras de mí, si te gustan mis ojos y el color de mi pelo o si te encantan mis codos o la silueta de mis piernas. No sé si te agrada mi voz, si se te nota en la respiración al oír mi nombre. No sé si te resulto interesante o al menos curioso o si de verdad me sientes cómodo o si esto durara, o durara para siempre o no hay ningún esto.
Pero, si tienes algo de tiempo para desperdiciar, podríamos ir a explorar un rato y averiguar dónde arde lo que arde, surfear montañas, bucear en el cielo y pintar nuestro atardecer desde tu ventana.

Y no sé cuándo, cómo ni por qué me comprare unas zapatillas nuevas, me peinare e iré si me dices ven para leerte y acariciarte y besarte y pasearte y abrazarte y tenerte y quemarte porque me encantas chico, si no estás muy ocupado.

Santiago García.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Lo que se ve por encima de las nubes.

Estoy seguro, yo ya he aprendido suficiente, ¿y sabes?, el día pasara y la vida seguirá, ganaran los mismos y perderán los de siempre, pero quizá si eres paciente, si dejas de correr -y te perdonas- la vida deje de ser ese autobús que se escapa justo cuando llegabas a la parada. Que tú y yo sabemos que solo existe una aspirina para el corazón... y que a veces las medicinas no saben bien cuando aún están en la boca.

Solo quería hacerte saber que no lo vi venir, que no es culpa de nadie. Que no necesito buscar, que ya te he encontrado. Que sin querer haces que todo lo demás desaparezca, y solo quedemos tú, yo y lo que dijo el cielo. Que quiero que mis manos huelan a ti. Que no quiero que seas Peter Pan y que esto sea una historia triste porque no te atrevas a vivir. Que me rindo ante ese helado de fresa. Que no hace falta que sea un día especial, hoy martes 11:27, mañana por la noche, viernes 12, un febrero de año no bisiesto. Que el amor no es algo de lo que te tengas que asustar.

Quiero que la magia del cine desaparezca y que te quedes conmigo cuando se baje el telón. Aquí y ahora. 
Quiero que me acaricies como las olas del mar a la arena, lento, siempre. 
Quiero levantarte la falda, nena. 
Quiero trazar el mapa del tesoro en tu vientre. 
Quiero ser papagayo de tu selva y oso pardo de tu cumbre. 
Quiero llevarte de aventura, viaje de vida y escri(vivir) nuestro atardecer. ¿Qué me dices? ¿Nunca has mirado hacia arriba y te has preguntado qué es lo que hay por encima de las nubes... 



...o a que saben mis labios?




Santiago García


Fuentes: Accidentally in love - Counting Crows
Marwan "El autobús"

Dudas prenupciales.

LEONARDO 
(últ. vez Vier. 18:36)

Mira, estoy harto. No sé porque todos los caminos me llevan a ti, no miento, que tú me dices voy y yo ya he llegado, me intento ir y no sé qué pasa que siempre acabo volviendo. Y si no me mareas así no estoy tranquilo. Y si se callara la voz que me dice “esto no ha acabado” tendría miedo.

(Maldito tu padre. Y cuanto duele que no seamos “tú y yo”, por ser tu y yo.Que mié-
coles más malo que empiezas a moverte y se acaba la música. Y cuanto echo de menos cuando teníamos aún esperanza.)

Me dejaste con sed, (sed tenaz que reseca mi garganta) sed de eso que no sé qué es pero que tienes y del cual no tengo remedio sin tu presencia. Una sed de náufrago, de que vaya y no quieras y me vaya y llores por mí ausencia. De que te resistas y que te resistas y que me provoque, cielo, y el tiempo que pierdo sin morirme a tus pies es tiempo perdido y tiempo en el que olvidas que yo sigo aquí y nada ha cambiado. Y date cuenta por favor, algún día, de que no lo quisiste a él y que me duele que  prefieras una tumba clavada en su tierra antes que una vida amarrada a mi brisa.

Pero estoy harto ya de perseguirte como el sol a los búhos, día sí, día tan (bien). Por qué no sé cuándo acaba luchar por lo que quieres y cuando empiezo a encapricharme de tenerte. Sé que lo mejor para ti y lo mejor para mi es acabara ya con este ciclo, romper el círculo, aprender a dejarte atrás con toda esa gente que tú crees importante y escapar yo solo antes de volver a mirarte a los ojos (porque si lo hiciera…). Así que no volverás a leer ningún mensaje más escrito por mí.
Juev. 22:42 (✔✔)
Mejor olvídalo, no quería decir eso.
Juev. 23:00 (✔✔)
Oye, estoy fuera, ¿qué tal si sales y hablamos?
Vier. 18:36 (✔✔)



¡Benditos sean los humanos! Yo, que la capacidad de deducción y el “pensar antes de actuar” son mis únicos enemigos. No sé si a veces solo me asusto por nada, ejemplos como este, muchos. En los que el hombre canta y canta pero no actúa según su palabra (como si pudiera). Y no se todavía si se trata de un problema de estupidez o de falsedad, yo ente omnisciente, que no entiende a razones (soy más de que las cosas no tengan explicación) no entra dentro de mi comprensión la duda humana. Me quedo perplejo cuando si quiera se plantean el escapar, ¿escapar de dónde? ¿Escapar de una jaula? La jaula que hacen ellos con sus manos a partir del pájaro alado que es la vida. La duda, ¿de qué dudas? Si sabes que no hay combinación de palabras ni sinfonía ni imagen anclada a la retina que puedan hacerte cambiar de parecer, sacarte de mis manos, sacarte de tu deseo (Maldita sea, ¿no ves que es lo que quieres?). Pero aun que me vean los mortales como camino de rocas, cauce de un río de vida, no es cierto, yo estoy en el tiempo, en sus pensamientos, en los hechos, en las portadas y en cada hoja (no solo al final, no soy el destino, el final del trayecto) y la muerte simplemente forma parte del fin de cada historia, no es ni la daga ni una persona, que aquí arriba estoy yo solo. Y llegados a este punto debería explicar que no soy un amo del mundo aunque haya gente que me confunda proponiéndome nombres, llamándome dios.

Vivo fascinado aún con como la pasión supera todo obstáculo y se abre paso entre las venas, fascinado por la belleza en los actos de fe ciega de amor, de morir por lo que se anhela, morir por lo que se vive. Porque yo no soy camino, cauce o jaula, soy un mero espectador que hace la historia, soy el agua, el viaje y el pájaro que es la vida.

lunes, 9 de mayo de 2016

Carencias.











Quisiera que quienes quieran quererte, 
Quieran querer quedarse. 
Que quizá querer quiere quien quiere, 
Pero quemarse no quiere ninguno.


Santiago García

viernes, 22 de abril de 2016

Tratado de paz.

Pues no se qué decirte... Porque aunque no te lo creas te lo he contado todo. Sabes que tuve una especie de trauma infantil (todo viene de los traumas infantiles) o que nací así ya con el problema ese de no saber relacionarme con la gente.
Sabes que no me gusto yo, que no me gusta mi vida. Sabes que este mundo se va a la mierda y que hay que luchar cada día por él. Que yo tengo que luchar más cada día también porque nadie lo hace por mí.
Sabes que lo mío son las operaciones a corazón abierto, correr por el asfalto descalzo sin una gota de gasolina en busca de una chispa, algo para poder quemar todo esto (señalándose el pecho) que tanto daño ha hecho. Que lo mío es sentir el barro en los codos, como un soldado en la trinchera, y que me metí en este genocidio hace mucho. Y es que no podre abandonar nunca porque nunca voy a dejar de sentir esto que me arde por dentro.

Pero si tú vienes, si me sujetas ahora y si nunca me sueltas, si me dices que no me abandonaras que seremos siempre, mira, me rindo.



jueves, 14 de abril de 2016

Qué no enseñan los profesores.

O te toca ser un hombre de a pie

 por tu bien, por tu vida.



Primero me enseñaron a gatear y a estar de pie. Más tarde a andar y a correr. Un paso, otro. "Tienes que correr más niño" Me enseñaron a nadar, me enseñaron a competir "Tienes que correr más niño" No creo que llegue a las olimpiadas.

Te enseñan como tienes que ser, educado con los que mandan y travieso con los que no. "Respeta más las normas niño" Chicas, rosa. Chicos, azul. La gente que te quiere decía que no te tiene importe lo que digan y el profesor de ética dice el ser humano sin sociedad no es ser humano. "Se más como los demás niño" Simplemente, no pude, no seré juez nunca.

¿Cómo le gusta el café? ¿Solo, con leche o conmigo después de comer? "Trabaja más niño" No aguanto ni un día como camarero.

Puedes elegir izquierdas o derechas (Es un mundo libre decían).  "Tienes que pensar más niño" No soy zurdo. No lo entendí y me clasificaron como -otros-

Luego me enseñaron a dibujar líneas rectas "Ten más cuidado niño" No cabía en aquel triangulo invertido. Y me borraron de la lista de Futuros arquitectos.

Te enseñan que es lo que el hombre hizo mal en su época para que cuando te pase a ti puedas decir, Hitler está aplaudiendo en su tumba ahora mismo. "Memoriza más y calla niño" Me parece que no llegaré a Historiador, no.

Me enseñaron a sumar, tu soledad más la mía, ¿dos o ninguna? "Estudia más niño" Aun que despejar se me dé muy bien lo de encontrar un solo resultado no es lo mío.

Me enseñaron a saltar con mis piernas, a tocar las nubes con el columpio "Llega más alto niño" pero en el cielo no quedaba nada para mí y así acabo me carrera de astronauta.


(Cuando crecí me di cuenta de que nadie me iba a enseñar a ser, porque si de verdad hay algo que no me han enseñado es que lo mejor que hay en la vida no lo aprendes ni en las clases de literatura. Porque nadie te enseña a superar tus miedos, a que no hay que callarse las lágrimas ni secarse los suspiros. Nadie está ahí para explicarte que es querer, como tiene que oler tu pelo o si la palabra soledad viene de sol por que el sol esta solo o llamaron al sol, sol, por su soledad. Nadie te enseña cuan persona eres hasta que lo descubres tú. Y descubres que vales, que te vales y que puedes. Yo nací con las venas inundadas de tinta y los dedos manchados de grafito. No me colgaran de una pared con clavos. Que se queden ellos con las pinturas para hacer bonito, yo he venido aquí a sentir el mundo con mis manos.)




Un día me preguntaron que es arte, respondí "vive más estúpido niño"



Santiago García
Fuentes: Ajo "Si juntamos tu soledad con la mía, ¿qué tenemos? 
¿dos soledades o ninguna?"

martes, 8 de marzo de 2016

El amor mató al hombre.

~  Ver capítulo 1, capítulo 2 o capítulo 3  ~


CAPÍTULO 4

En ese lugar extraño, de extraño nombre, y de paradero desconocido permaneció la peor etapa de su vida. Y en el momento en el no pudo tocar más fondo se encontró a si mismo más solo que nunca en ese lugar, habitado por extraños desconocidos con caras agradables, llorando encima de la mesa que gobernaba el salón. No solo en la mesa, por la ventana no se veían más que siluetas debido al vaho de su respiración agitada e incluso la lámpara y un baúl de color semejante al de la cáscara de una castaña o al del pelaje de una ardilla habían soportado todo aquella agonía sufrimiento descarnado. 
No sé si fue cuando se quemó (a propósito) los dedos o cuando empezó a romper tazas de cristal arrojándolas por la ventana cuando se dio cuenta (o se quiso dar cuenta) de que todo su tormento había estado conducido por un sombrero. 
Un sombrero (un jodido sombrero) le había arruinado la vida. 
Cuentan (o dicen que cuentan) los rumores de los que lo veían (o dicen que lo veían) a veces que cuando más se enfadaba la cabeza le daba vueltas y de tanto pensar le salía humo de la cabeza. Empezó (o continuó abiertamente) a odiar a su hermano aunque fuera su hermano. Se contradecía a si mismo frecuentemente (o no). Su perfecto hermano que le había robado todo (o eso pensaba él). Quizá con un sombrero así también hubiera hecho eso (eso de quedarse con la chica y ser feliz) (¿lo hubiera hecho?). Quizá así habría sido igual de perfecto y esbelto. Ese pensamiento le deformó aún más el pensamiento. Y empulfenzó a conprestruir slumbreiros a mano. Digo slumbreros aunque él solo quisiera uno por que a la primera evidentemente no le quedo todo lo estupefaciente que él quería. Ni a la primera ni a la veintiunmilésima octingentésima septuagésima quinta vez. 
No se sabe (o no se o no me acuerdo) muy bien que fue de él ni de por que se quedó encerrado eternamente en la hora del té pero los slumbreros no eran suficientes ni él era suficientemente bueno para si mismo y para sobrevivir regaló (o vendió) los sumbreros. Sí los regalo, porque para sobrevivir no necesitaba dinero sino no ahogarse con ellos en su nueva casa (dela que le echaron porque el miedo de los aldeanos y de los muebles acrecentó) y acabó marginado de la sociedad tachado de demente. 

Y así es como acabó (o no) nuestro dulce pero corrompido pequeño, porque el amor mató al hombre pero solo un sombrero puede enloquecer a un sombrerero.






FIN


Santiago García (Ilustración hecha por Santiago García)



martes, 23 de febrero de 2016

La razón por la que sonrío sin por que.

En preguntar lo que sabes 
el tiempo no has de perder.. 
Y a preguntas sin respuesta 
¿quién te podrá responder?


Me subí al autobús y pude admirar en esa milésima de segundo como tus ojos buscaban los míos mirándote una última vez. Y me senté en uno de esos asientos mirando hacia atrás por si decidías correr para detener el vehículo y darme otro beso. Mi cabeza aún se preguntaba, que hacía en aquel lugar en aquella hora, si ese camino llegaba a algún sitio, si se estaría mejor contigo en la silla vacía de al lado, si de verdad era invierno y que si de verdad eso era ser feliz. Cuanto más me alejaba más me dolía la cabeza. Era un dolor punzante y continuo. Había pasado en muy poco tiempo de estar contigo abrazado a estar sentado en un autobús lleno de desconocidos de caras tristes y a un cielo cada vez más oscuro. El contraste entre mi cabeza y los fríos tiempos que pasan era demasiado grande y sentía mi cráneo comprimir mis pensamientos como cuando se baja de lo alto de una montaña y las botellas se aplanan. Y la distancia se hacía más larga y cuanto más larga más pensaba en la siguiente vez que te fuera a ver o si de verdad habría otras. Eras demasiado grande para mi cabeza. Y eso que había desechado ya a mi familia, mis estudios, mis amigos, mi vida. Pero aun así no cabías. La situación era cada vez más complicada, cada minuto más doloroso. Mi mente no estaba lejos de explotar y ya había comenzado la cuenta atrás. La catástrofe era inminente. Imparables las consecuencias.

Entonces, ahí mismo, en público, sin razón, sonreí.


Santiago García.




domingo, 14 de febrero de 2016

La ladrona de corazones.

Sinceramente, no pensaba volver a escribir sobre esto. No sabéis lo deprimente que es ver caer lágrimas en una foto en la que apareces sonriendo. No tenéis ni una mínima idea sobre cómo es la vida si te crees feliz ahora mismo. Y nada más lejos de la realidad que te despertarás mañana y mañana un nuevo día, no no. Aquí has venido a sufrir. Y si no quieres te piras. Es así. No sabes cuantos palos te darán ni cuantos años pasarán en vano. Y el helado se te derretirá si no te lo comes a tiempo. Que nadie hace más mal que cuando no se entiende o simplemente no hace nada, cuando se "sobreentiende" o se "sobreactúa". Que sí que sí que todos hemos leído "Las ventajas de ser un marginado" pero eso a ti no te sirve de nada. Solo son chismorreos. "Estate bien", "Se feliz." como si fuera fácil. Ja, ja. Que no sabes lo que es tener dudas. Que hay veces que las dudas en la cabeza de uno se ramifican como en los esquemas de una clase de universidad y acabas el día con 37 posibles soluciones todas ellas con connotaciones y muchos asteriscos con letra pequeña a pie de página. Pierdes la esperanza, ¿vale la pena luchar por un mundo en el que no habitan personas? mejor dicho ¿vale la pena vivir en él? ¿Si digo que sí? ¿Vale la pena lo que hago ahora mismo? ¿Sirve de algo? En el fondo has sabido toda tu vida que no.

Y siempre te han dicho que esto solo es una etapa de tu vida pero nunca te lo has creído. Que esos desamores se van a arreglar o que vas a hacer algo muy grande en tu vida. No te lo crees y no te lo creerás, hasta que llegue el día, sí, ese día, ese día sin esperanza, cuando ya se ha acabado la banda sonora, ese día en el que bueno, ya te has acostumbrado a ver la vida entre barrotes, pero que en el momento más inesperado llega la persona, si esa persona, esa tan alucinantemente especial que solo llega una vez en la vida. Esa que solo existe en las películas y que anda a cámara lenta hacia a ti.

Se acerca y hueles sus intenciones. Te emocionas, pierdes la respiración, te mareas, piensas "¡oh, dios! lo va a decir" (esa frase que todo el mundo quiere oír) si amigos ese es el momento exacto en el que baja cupido y te clava una flecha en la espalda atraviesa tu caja torácica te rompe el corazón te daña algún que otro órgano más (por eso de que te quedas sin respiración) y bueno la flecha te sale por el pecho.

Y justo, ahí en el sofá de tu casa sin merecerlo, pero necesitándolo, mientras caen dos billetes de veinte euros, oyes "Vete a comprarte los libros que quieras a la librería".


Santiago García.

domingo, 31 de enero de 2016

El amor mató al hombre.

CAPÍTULO 3





Cuando abrió los ojos se encontró en medio de una habitación extraña. El techo era demasiado alto para llamarse habitación pero no lo suficiente como para ser una torre. "¿Será esto el cielo?" Había 7 puertas cerradas. "¿Esas puertas le llevaran al cielo? ¿El cielo existe?" Había una puerta abierta, pero fuera era todo tan oscuro que no reunió el valor suficiente para cruzarla. Entonces probó con todas las puertas cerradas hasta que dio con una en la que se habían dejado la llave en la cerradura. La quitó y miro por el hueco. Parecía un lugar apacible, se veía una colina de verde césped. Así que abrió la puerta con la llave y antes de salir, la dejó en una mesa. Una mesa de cristal que antes no estaba ahí. 
A partir de ahí su curiosidad y su necesidad de vivir una aventura lo llevaron lejos. Caminó tanto que le sorprendió mucho no tener callos en los pies y no tener hambre, ni sed. Llegó hasta un bosque. No se fijó pero las hojas de aquellos árboles eran azules. Y caminó sin miedo solo por ignorancia de lo que en aquel bosque se podría encontrar. Las ramas de los árboles se retorcían como lo hacen los tentáculos de un calamar y era difícil no quedarse atrapado. Encontró una hoguera apagada con un cerdo o algo parecido a un cerdo a medio cocinar, pero no se quedo allí, era demasiado fácil, seguro que era una trampa. Casi a las once de la noche se topó con un pueblo que había construido sus casas estrechas y alargadas entre los árboles. Se alegró de tener una oportunidad de no dormir a la intemperie en ese bosque. En aquel pueblo le recibieron de buen gusto y le otorgaron una casa donde refugiarse. Sin pedir nada a cambio, pues la hospitalidad de el bosque de los árboles de hojas azules es prodigiosa, no muy conocida pero sí prodigiosa. Casi parecía que lo habían estado esperando. 
Cuando se acabaron las aventuras y las sorpresas de aquel recóndito lugar, su cerebro no tuvo más remedio que entretenerse sacando a flote esos oscuros pensamientos que lo habían traído hasta allí. Desgarrando heridas y mojando almohadas.



Santiago García (Ilustración hacha por Santiago García)

Que no enseñan los profesores.

O qué enseñan los buenos profesores
(que no hay muchos, te lo aseguro)
si te topas con uno.

El otro día mi madre me comentó un caso de un mandatario que, prometiendo donar dinero de presupuestos a organizaciones no gubernamentales, los donaba a la asociación regional de su cajero automático. Qué pena que me dio en ese momento, que Robin Hood robara a los pobres. 


Lo que ahora tampoco entiendo es a que tantas clases de ética o educación para la ciudadanía si los que la tienen, la tienen y los que no, no la tendrán nunca. Bueno, quieras que no, eso quita horas de matemáticas (no penséis mal, lo digo porque así aprenden menos números y roban menos, a mí me encantan las mates).

Mi abuela, que sigue viviendo de alquiler, que no se quiere cambiar los colchones para seguir ahorrando, vota a partidos de derechas. A aquellos que se quedan con su dinero. Y ahora mismo, me da igual generalizar esta vez, he oído demasiadas quejas. Y no tengo ninguna idea política, pero me da la impresión de que hay millones de personas en este país como ella. Aún ingenua para su edad, con el corazón más grande y los besos más largos del mundo, pero ingenua. Es así la verdad, aún siguen creyendo que las cosas son así y que una persona no puede cambiar el mundo. Que dios les castigará… 
Esta semana vi una película de extraterrestres (que por cierto, tengo el primer libro desde hace mucho y me lo tengo que leer algún día). Es típica en la que un OVNI llega a Estados Unidos para invadir la tierra. Lo original fue que los extraterrestres nos manipularon para que se mataran los humanos entre ellos y la guapa/protagonista/inteligente/superviviente de la película decía para sí "Para acabar con los humanos lo primero que tienen que hacer es privarles de su humanidad". Cada vez que robas, cada vez que mientes, pierdes humanidad, no hace falta matar para eso. No te mientas a ti mismo, somos personas, mucho antes de ser hijos, amigos, estudiantes, trabajadores o funcionarios. No dejes que te quiten la humanidad abuela, que vidas hay pocas. 


Santiago García.

miércoles, 13 de enero de 2016

El amor mató al hombre.

CAPÍTULO 2

Y así pasaron interminables días, largos meses y un sinnúmero de lustros en los que se mantuvieron juntos. Hasta que en el momento menos esperado, sin tanto referirse a un día de improvisto sino que era aquello que no deseaban su llegada, ese fue el día en el que el más pequeño enfermó. Ella no era ni la más hermosa, ni la más risueña, ni la más perspicaz, ni la más tierna en absoluto. Pero él vio algo en ella que no había visto en nadie, no sabría explicarlo con claridad, pero era como ese algo que tienen algunas cosas que hacen que te entren escalofríos, se erice el pelo de todo tu cuerpo y cierres los ojos sin querer. Ella era como la sonrisa tonta que se te queda en la cara cuando llegas a casa tras un largo viaje. Ella era caliente como un abrazo y fría como el primer minuto en la cama. Él no quería absolutamente nada más. Se conformaba con ese algo. Sin embargo ella no se conformó con amor sincero. Y la famosa hombría de su hermano despojo a aquella dama, como a todas las demás. Ella no le volvió a querer y él nunca quiso querer a otra. Por miedo, se alejó de todos, de todo. No había sentido nada parecido en su historia, era como si los colores dejaran de tener sentido para sus ojos, como si la navidad hubiera llegado demasiado pronto y las hojas de los arboles empezasen a caer al ritmo de los villancicos. Lo más extraño es que los escalofríos se repetían, su pelo seguía erizado y se negaba a abrir los párpados -por causa de razones diferentes-. Evadirse, escapar, refugiarse era su única solución pero como huir de sus sentimientos. Entonces, corrió, rezando por que la distancia disminuyera la importancia. Pensando en lo que había hecho por la vida, en toda esa felicidad que había pagado y los cambios amargos que le había devuelto. En lo pequeño que te haces cuando te agarras las rodillas y en que no había nadie allí fuera cruzando los mares ni escalando las montañas que fuera a aparecer de la nada y a salvarlo esta vez. No lo recuerdo muy bien pero, creo saber que ese fue el momento en el que se dio cuenta de lo despacio que gira la tierra. En lo fácil que habría sido vivir sin su hermano y sin… ella y pensó en lo difícil que le era ahora borrar de su cabeza las palabras que describían su vida y en lo complicado que sería dejar de sentir de no arrancarse el corazón del pecho. Y sentado en lo alto de sus sueños comprendió que nunca sería feliz en la sombra de su hermano y ¿qué era de él si nadie lo quería en ese mundo? Así que se limpió el azúcar de los ojos y nadie lo volvió a echar de menos. 








Santiago García (Ilustración hacha por Santiago García)